"Javier le acarició su mejilla mientras la besaba,
deslizando sus dedos por su piel suave y tersa al tiempo que le provocaba un
ligero cosquilleo en la nuca. Poco a poco provocó una sensación placentera en
Eileen hasta el punto de estallar en una sonrisa en los labios de él. Entonces
enmarcó su rostro entre sus manos para mirarla con tal intensidad, que Eileen
creyó que podía leer en el fondo de su corazón. Sus pulgares se deslizaron por
sus mejillas mientras Javier intentaba encontrar una explicación lógica a lo
que le pasaba con aquella mujer, a lo que sentía. Pero no lo encontró en su
interior, sino delante de él. En Eileen. En su mirada. En la pasión y en la
entrega de sus besos. En la ternura de sus caricias. En el cariño que le
transmitía con una simple mirada. Ella era la causa. Ella y sólo ella. Y le
gustaba sentirlo
-¿Dime qué tienes que has provocado que vuelva a ti? –le
preguntó mientras apoyaba su frente contra la de ella y le dejaba un beso en la
punta de la nariz, provocando un mohín en Eileen."
"Sonrió tímidamente
mientras caminaba hacia ella sin importarle para nada que su equipaje quedara
abandonado en el pasillo. ¡No se había dado cuenta de lo que era ella para él
hasta que la hubo echado tanto de menos en estos días! Pero, pero ¿cómo se le
había ocurrido ir a buscarlo? ¿Tan loca estaba? Se detuvo justo delante de ella
contemplándola como si nunca antes la hubiera visto. No sabía qué decirle puesto que su repentina y sorprendente
aparición lo había sacudido de pies a cabeza. Había trastocado sus planes, sus
discursos. Nada de lo pensado en el avión tenía el más mínimo sentido en ese
instante. Le recordó a la noche que apareció en la taberna cuando estaba
recogiendo para marcharse. Llegó sin avisar. Sin que la esperara. Eso lo volvía
loco, lo encandilaba. Su capacidad para sorprenderlo de aquella manera."
"Eileen sonrió mientras lo seguía contemplando con aquel
aspecto desaliñado; sus cabellos revueltos, sin afeitarse, con la camisa fuera
de los pantalones y a medio abrochar, su chaqueta de piel mal colocada y encima
pidiéndole disculpas. En verdad que era auténtico. ¿Cómo conseguía hacerla
sentirse única? Se acercó más hasta que sus rostros quedaron separados por escasos
centímetros. Javier percibió su perfume envolverlo y atraerlo. La miró a los
ojos pero ella no estaba dispuesta a contener más sus impulsos por besarlo. Lo
sujetó por las solapas de su chaqueta mientras lo miraba con intensidad,
recordando la noche que pasaron juntos perdidos por la ciudad. Javier por su
parte estaba como anestesiado con ella. Y cuando se alzó sobre sus pies para
rozar sus labios, creyó que tocaba el cielo. La suavidad, la dulzura, la
ternura que le transmitían sus labios le provocaron un revuelo en el interior.
Eileen cerró los ojos mientras sus labios se rozaban de manera tímida. Era el
hombre que le gustaba, que la hacía sentir especial, querida, deseada. Y no
estaba dispuesta a dejarlo marchar"
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